Cuándo pedimos normalmente lo hacemos porque “algo” nos falta o al menos esa creencia tenemos.
Sin embargo puede cambiar completamente una petición cuándo lo hacemos desde el ego o desde el amor, y entre ellas hay una diferencia abismal también en cuánto a la respuesta.
Veamos, sobre todo en el mundo actual, hemos sido acostumbrados a que todo o casi todo de lo que deseamos se obtenga casi instantáneamente, las redes sociales, las compras en línea, la búsqueda de información, todo se ha acelerado, a tal grado que, “lo que deseamos está a un click de distancia”.
Pero ¿realmente nos hace bien está facilidad de obtener todo en un momento, sin consciencia? ¿Qué sucede con las tan necesarias tolerancia a la frustración y paciencia? ¿El “avance” tecnológico nos ha engañado?
Volviendo al punto de partida: pedir… ¿de que manera hemos aprendido a pedir? ¿Qué es lo que pedimos? hablando en términos más profundos el pedir, puede ser un maravilloso momento en dónde el corazón se abre, reconociendo su naturaleza humana “imperfecta”, no hay nada más milagroso que un corazón humilde, abierto, dispuesto a recibir (si sabe recibir, también sabe dar), pues sabe que el intelecto mundano está limitado solamente a lo que conoce o cree conocer.
Confiar es un elemento imprescindible para empezar a recibir, incluso más, de lo que nunca has podido imaginar, no olvides callar el intelecto y experimentar…
Así es mi querido lector, la próxima vez que pidas pide sabiduría para entender los mensajes que están por todas partes, pero sobre todo humildad para poder ser guiado más allá de lo que la mente humana alcanza a distinguir, es ahí en dónde se abre un infinito de posibilidades, una vez soltando el deseo y el control, viene el vacío, quedando solamente lo que verdaderamente ES y ahí todo se puede crear, todo se puede recibir. Ten muy presente que ninguna petición queda sin respuesta, así que la próxima vez que estés por pedir algo, tienes que estar seguro de tener tu puerta (mente y corazón) muy amplia para poder recibir.
Aprendamos a pedir lo que sea mejor para nosotros y para todos los que nos rodean (en todos los aspectos). Así la petición jamás podrá estar interceptada por el ego.